Problemas...
Son como un muro invisible que no hace más que molestar. Nadie sabe cómo ha llegado allí, ni cuándo decidirá romperse para así poder avanzar. Somos humanos y como tal tiramos a la solución fácil. Más de uno se quedaría sentado con tal de no tener que bordear o saltar el muro. Ese tipo de gente que esconde todo para su ser sin dejar que les brinden una ayuda cuando más la necesitan, nunca conseguirán levantarse. Los problemas no nos llevan a ninguna parte. Ni causarlos ni sufrirlos. No son más que piedras equivocadas que debemos esquivar en este juego de la vida. Solemos interpretar esos problemas como cualquier hecho insignificante que pueda pasar por nuestras vidas, ya sea no saber atarse los cordones, no tener suficiente tinta para continuar escribiendo o haber roto la vajilla de tu abuela. No son problemas. No nos paramos a pensar en cuáles son los verdaderos problemas de nuestra vida. Por eso cuando todos vienen de golpe como el viento del nort