Pensamos que las cosas no terminan nunca, ignoramos su fecha de caducidad y con ello todas sus consecuencias. Tendemos a pensar que los segundos son eternos, que el tiempo no corre y la vida no se escapa. Olvidamos esa pistola en nuestra espalda la cual nos mantiene alerta de que aún seguimos aquí, o allí, o donde tus pies quieran llevarte. A veces, sólo a veces, prometemos amores imposibles, sueños rotos o, simplemente, lo primero que salga de su boca. Pienso que lo hacemos por no sufrir, por no hacer daño a las personas que queremos... Pero no nos damos cuenta de la reacción inversa que esas decisiones causan en nosotros. No haciéndole daño a alguien te lo dejas de hacer a tí. Nos da miedo perderlos, dejarlas marchar y por eso intentamos evitarles todo ese dolor que nosotros mismos nos provocamos. Yo digo: vive la vida como si cada día tuviera caducidad. Olvida esa pistola que nos mantiene despiertos y comienza a disfrutar ya que el pasado es lo único que no podemos rec