Entradas

Mostrando entradas de 2017

Mamihlapinatapai...

Imagen
*Mirada entre dos personas, cada una de las  cuales  espera que la otra comience una acción  que  ambas  desean pero que ninguna se anima  a iniciar. Pienso que te conozco y me doy cuenta de lo poco que sé de tí. Que llegó un  punto que dejamos de hablarnos y, al final, volvimos a encontrarnos en un camino borrado por la borrasca.  Suena ilógico  que no supiéramos de nuestra existencia cuando ahora no concibo una sin ti en ella.  Créeme cuando te digo que me has atravesado hondo con tu daga envenenada, rompiendo la oscuridad de una mirada que grita por dejar de ser aplastada. Y mírame con tus lagrimas empapadas en todos esos recuerdos que, por una vez, no se quedaron en nada. Y chilla y grita y corre y salta.  Pega y descarga.  Descarga contra el muro que cierra y no pasa.  Que te agrieta, corta, desangra y desgarra.  Y todo vuelve a empezar.  Tú. Yo. La noche y la nada.  Y me miras sin que te diga palabra, creando un silencio que no mata y relaj

Quiero...

Imagen
Quiero que me mires como nunca lo hizo nadie. Y no necesito que me mire el corazón mas sí tu mirada. Que me mires y no digas nada, pues ya lo estás diciendo todo. Que me calles como sólo tú sabes: lento, pero salvaje. Y recorramos juntos el camino que forman nuestros besos.  Quiero que me abraces cuando no sea el momento y me calmes cuando entre en erupción. Que caminemos por bordillos eternos con ese continuo balanceo y volvamos uno a otro cuando más daño podamos hacernos. Quiero tardes de peli y manta sin necesidad de lluvia. Y que en el calor de nuestros cuerpos, encontremos esa corriente eléctrica que frena y recarga. Que vengas sin pronunciar palabra, suspiro o mirada y que me abraces. Me abraces y abras los cerrojos encerrados bajo el iceberg que derrite mi alma. Quiero que me enseñes a vivir desinhibido y a ganarle la batalla a los besos prohibidos. Que me cures las heridas, me cosas la alegría y me mediques contra la hipocresía. Que desayunar(nos) sea solo el

En mi defensa...

Imagen
En mi defensa diré  que no conozco otra manera  de amarte, buscarte, quererte y no encontrarte.  De pensarte desde lejos y sentirte cerca. El esplendor de cerrar los ojos y verte sin tenerte,  de callar y escucharte, de intentar pero no olvidar, aun sabiendo que lo esencial es invisible a los ojos. Debo reconocer que grité hasta degollarme.  Te llamé en el sigilo de la noche para que vinieras,  que vengas y chillemos juntos  todo lo que el silencio esconde y recoge. Y que en el susurro, estallen los besos sin detonantes perdidos en nuestro pecho hundido por esa metralla llamada olvido.

Ataraxia...

Imagen
Estudios demuestran que veinte son las personas que pasaran por mi camino antes de encontrar al susodicho amor de mi vida. Todavía no tengo claro en qué posición estás tú. Sólo sé que entraste por la puerta grande dejando huellas continuas y sangrantes para un día no hacer más que largarte. Pero claro, no sin antes destrozarme. No tengo claro si llegaste a superarme. No yo, tú .  Que todavía intentas pero no haces. Sé que es difícil olvidarme. Créeme, yo aun sigo medicándome de esa fase que llaman superación. Pero superarte conlleva al olvido y el olvido es silencio, es no hablar, mirar, susurrar, bailar, pisar e incluso escuchar. Sé que piensas en mí. Lo noto en tu mirada cuando se cruza con la mía y saltan esas chispas que ciegan, hieren y finalmente apartan. Y puede que no me mires directamente, pero sé que en tu mente sigo presente. Que miras mis fotos para asegurarte de que sigo sin nadie, ignoras mensajes para hacerte el interesante y evitas el contacto p

Errores sin dueño...

Imagen
Todos nos arrepentimos de nuestras palabras en algún momento de nuestras vidas. Creemos que diciéndolas llegaremos a ser como esa gente a la que odiábamos pero que, en el fondo, admiramos por ser lo que nos gustaría. ENVIDIA parecen llamarlo. Palabras que pueden parecer inofensivas en nuestra mente pero que nuestra boca no hace más que convertirlas en puñales sempiternos. No nos damos cuenta del daño que pueden sufrir esas víctimas inocentes a las que solíamos dañar simplemente para sentirnos bien por unos instantes. Pienso que las peleas son como las noches de borrachera. La gente bebe para divertirse, para olvidar ... Olvidar todo ese mal invisible bajo un mar de alcohol. En una pelea pasa igual. Hablamos de más haciendo así que la otra persona sufra con lo más doloroso que pueda existir en este  mundo: las palabras . Durante ese momento nos sentimos en paz porque pensamos que toda tu mierda no es nada en comparación a la de tu contrincante. Con el

Fin...

Imagen
Llegó un punto donde nos perdimos. Tomamos caminos distantes y finales de todo menos eficaces. No eres tú, soy yo. Y no es porque tengas la culpa (que en parte sí), es que cegaste mi vista y me enjaulaste en una historia que nunca tira y siempre afloja. Y me cansé de tener que ser alguien que no era. Ponerme la máscara y tener que arrastrarme. Dejar morir mi yo interior y dar paso al yo actor. Esconder lo perfecto y amoldarme a lo imperfecto. Únicamente para adoptar tu modelo. Ahora todo es silencio, pero del que duele. Son instantes, que engañan. Es tiempo, que alarga. Es conciencia, que mata. Mirar por la ventana y sentirse distante, ausente, vacío e insignificante. Segundos sin vida que observan la de otros y envidian y añoran la compañía. Tinta derramada y papeles arrugados, que no tachados ni ignorados. Es comprender las canciones, conocer la melodía y que todo parezca de película. Es abrazo invisible, mensajes recibidos y no leídos. Destinatarios furtivos

Reminiscencia...

Imagen
Aunque me lo pidas, grites y supliques yo huiré de eso. Y si nos encontramos por un instante, evitaré mirarte. Que no pensarte. Y recordar que todo acabó por un estúpido malestar, de esos que duelen al respirar, comer, beber y bailar. De esos que ni tú ni yo supimos solucionar. Mirarte la cara y observar esa mirada furtiva, que no adictiva. Debo de ser de esas personas que observan pero no ven,  oyen pero no escuchan,  sienten pero no aman. No me hables de mí, tampoco de tí, ni mucho menos de nosotros. Eso ya nos queda grande. Algo inefable que a día de hoy sigo sin poder explicarme. Que el hueco cada vez se hizo más grande y mis sentimientos empezaron a olvidarte. No yo,  ellos . Que ya no sienten frío  ni hambre .  Es irónico pensar que tú te alejaste. Quizás fui yo y únicamente busco un culpable. No sé en qué momento comencé a perder(me), tampoco como superé este trance, por no hablar de los mensajes. No quiero que cometas el

Distancia...

Imagen
Nunca llegaría a imaginarme que simplemente el pronunciar una palabra podría causar tanto daño.  Distancia . Parece tan grande y se siente tan cercana. El mar en el que nos ahogamos con esa canción que parece que nos habla, la camiseta de la última balda (esa que nadie mira) o como todo el mundo sabe y parece que es a lo único que atiende: ese espacio entre dos puntos. Vacíos. Llenos. Quién sabe . Al fin y al cabo se siente igual de grande. Distancia . Para algunos, tiempo perdido, para otros es unión y fuerza o simplemente olvido. Que mata, desgarra, arranca y arrasa. Que complica y excita y rompe y remata. Que hace y deshace sin preguntar a nadie. Es duro vivir sin experimentar, pero más experimentar sin vivir.  Distancia . Espacios que se miden en números y no nervios, suspiros de indignación y llantos de auxilio. Creo, y supongo, que nadie quiere separarse de aquel al que ama, que ya son ceniza esos "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes"

Etopeya...

Imagen
Me pierden las canciones que no necesitan más que un piano para hacer viajar a mi mente, las que no tienen letra o las que compone Ludovico Einaudi. Esas que oigo por la calle simulando oír regeaton o el top de la semana. Quizás es que prefiero perderme entre acordes para así poder ponerles mi propia vida, esa de la que únicamente conocemos la melodía. Podría describirme como la chica de las palabras raras. Palabras que nunca en la vida he oído y seguramente nunca recuerde. La que ama el petricor de la lluvia, la liberosis pero a su vez el engentado. Quizás es que tengo escibomanía y por eso soy lo denominado como "raro". O porque simplemente me gustan las imperfecciones, wabi sabi. Quién sabe.  También soy la chica de las fobias: atiquifobia, atelofobia e incluso, a veces, sufro de demofobia. Me encantaría ser nunchi para así poder socorrerte, aunque para eso debería primero conocerme. Puedo pecar de autofilia ya que pienso que puedo llegar a ser superfluo

Lo(curas)...

Imagen
Deberían darme un premio por todas aquellas veces que dije y no hice, por los autobuses hasta debajo de tu ventana para comprobar si estabas en casa o por las (in)directas a las tres de la mañana. La verdad es que me gusta este juego, pero sigo sin comprender las reglas. ¿Gana el que contesta, el que más habla callando o el que divisa el panorama desde la barrera? Pero no tiro la toalla, eso es de cobardes dicen. Aunque, a veces, es mejor retirarse a tiempo cuando sabes que vas a quemarte.  Todavía me pregunto cómo, con solo dos miradas, conseguimos hablarnos. Me pregunto si fue una casualidad o es que estábamos predestinados. Cómo, sin conocernos, acabamos declarándonos con medias verdades y muros impenetrables. Esas flechas invisibles que sacan mi mejor parte. La buena.  La mala.  Quién sabe.  Quizás es que nadie ha conseguido todavía desnudarme. Quizás. Todavía me pregunto cómo lo misterioso llegó a engancharme y tus palabras a enamorarme. Será cosa de crío