En mi defensa...
En mi defensa diré
que no conozco otra manera
de amarte, buscarte, quererte y no encontrarte.
De pensarte desde lejos y sentirte cerca.
El esplendor de cerrar los ojos y verte sin tenerte,
de callar y escucharte,
de intentar pero no olvidar,
aun sabiendo que lo esencial es invisible a los ojos.
Debo reconocer que grité hasta degollarme.
Te llamé en el sigilo de la noche para que vinieras,
que vengas y chillemos juntos
todo lo que el silencio esconde y recoge.
Y que en el susurro,
estallen los besos sin detonantes
perdidos en nuestro pecho
hundido por esa metralla llamada olvido.
Y que en el susurro,
estallen los besos sin detonantes
perdidos en nuestro pecho
hundido por esa metralla llamada olvido.
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