Errores sin dueño...


Todos nos arrepentimos de nuestras palabras en algún momento de nuestras vidas. Creemos que diciéndolas llegaremos a ser como esa gente a la que odiábamos pero que, en el fondo, admiramos por ser lo que nos gustaría.

ENVIDIA parecen llamarlo.

Palabras que pueden parecer inofensivas en nuestra mente pero que nuestra boca no hace más que convertirlas en puñales sempiternos. No nos damos cuenta del daño que pueden sufrir esas víctimas inocentes a las que solíamos dañar simplemente para sentirnos bien por unos instantes.


Pienso que las peleas son como las noches de borrachera. La gente bebe para divertirse, para olvidar... Olvidar todo ese mal invisible bajo un mar de alcohol. En una pelea pasa igual. Hablamos de más haciendo así que la otra persona sufra con lo más doloroso que pueda existir en este  mundo:

las palabras.

Durante ese momento nos sentimos en paz porque pensamos que toda tu mierda no es nada en comparación a la de tu contrincante. Con el paso del tiempo, acabas dándote cuenta de que tú has sido el más perjudicado, pero, quizás, ya sea tarde.

Porque no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero no podemos valorar algo que nunca tuvimos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oct. 20

Vis a vis...

El Primer Paso...