Fecha de caducidad...


Pensamos que las cosas no terminan nunca, ignoramos su fecha de caducidad y con ello todas sus consecuencias. Tendemos a pensar que los segundos son eternos, que el tiempo no corre y la vida no se escapa. Olvidamos esa pistola en nuestra espalda la cual nos mantiene alerta de que aún seguimos aquí, o allí, o donde tus pies quieran llevarte.

A veces, sólo a veces, prometemos amores imposibles, sueños rotos o, simplemente, lo primero que salga de su boca. Pienso que lo hacemos por no sufrir, por no hacer daño a las personas que queremos... Pero no nos damos cuenta de la reacción inversa que esas decisiones causan en nosotros.

No haciéndole daño a alguien te lo dejas de hacer a tí.

Nos da miedo perderlos, dejarlas marchar y por eso intentamos evitarles todo ese dolor que nosotros mismos nos provocamos. Yo digo: vive la vida como si cada día tuviera caducidad. Olvida esa pistola que nos mantiene despiertos y comienza a disfrutar ya que el pasado es lo único que no podemos recuperar.


Porque son tus caricias las que me mantienen con vida y tus besos los que me curan las heridas. Y nos empeñamos en no disfrutar lo que tenemos por miedo a perderlo. Y buscamos lo que no tenemos porque pronto se acabará, cruzando así la barrera de lo perdido y siempre querido. Y en esta mañana de junio es cuando pienso

¿para qué pedir lo que ya tenemos y perdemos?
 Quizás porque no lo vemos.

Comentarios

  1. Ya puestos en el tema, que es la historia sino el relato de las cosas cuyo tiempo ha pasado. Ser permanentemente consciente de que las cosas acaban no es bueno, pero tampoco lo es olvidarlo. Construye para ti misma un mundo en que ambas cosas guarde equilibrio y podras decir aquello de

    soy el amo de mi destino
    soy el capitán de mi alma


    Buena suerte mercromina, tienes un blog bastante currado.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Oct. 20

Vis a vis...

El Primer Paso...