Aún recuerdo...
Aún recuerdo ese día en el cual nuestros amigos decidieron juntarnos. De cómo tus caricias activaban mis manos y el frío de aquella noche de verano se iba disipando. Estaba nerviosa, pero no por tocarnos ni besarnos. Nerviosa del qué decir y de lo que tus susurros en el bajo de mi espalda podrían llegar a causar.
Aún recuerdo el banco de nuestro primer beso. Primer y único. Ahora, cuando no te tengo, (y cuando si) vuelvo. No por tí, ni por mí. Por nosotros. Y recuerdo la noche de estrellas y mis deseos por besarte, tocarte, susurrarte. Enamorarte. Pero el destino me jugó una mala carta.
Quizás quise abusar cuando la partida ya estaba acabada.
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