Déjame decirte...

Déjame decirte que aún no sé cómo hemos llegado a esto. Cómo has llegado a mí. Cómo has quebrado mi barrera de piedra helada colándote por grietas dolientes y saber que, todavía, sigues aquí. Y que seguirás allí cuando no lo vea, no lo sienta, no lo quiera o, simplemente, no pueda.

Déjame decirte que todo se nos fue de las manos. Que sin pensarlo, todo acabó pasando. Y que esto seguirá avanzando. Porque quiero ver tu sonrisa en mi mirada y que sientas la mía mientras te beso.

Quiero comerte la boca y morderte hasta que digas basta. Susurrarte palabras sin sentido mientras viajo por el universo de tu cuerpo. Que todo empiece en el pelo pero acabemos por los suelos. 

De amor. 

De risa. 

Por tonterías. 

O haciéndonos cosquillas.

Quiero que me inhabilites en el cuello, espalda, pierna y alma. Que me abraces como sólo tú sabes, que seas camisa de fuerza y vuelvas a repararme. Y que en el silencio, nuestras manos se fundan sin preliminares y no se separen.

Quiero que sientas mi aliento en tu garganta, que te apoyes en mi pecho y oigas mi corazón latir de rabia.

Quiero recorrerte lento, sentir la respiración acelerada, llevarte lejos, volar alto y servirte de almohada. Provocarte mordiéndome el labio, con mensajes obscenos y sensaciones que marcan.

Quiero escalofríos sin que sean de frío, hablar hasta las tantas y que nunca acaben nuestras gracias.

Déjame decirte que he quedado atrapada. Atrapada y enganchada. Adicta a tus besos, caricias, tonterías y chorradas. Que te quiero con todas mis ganas. Y que no hay miedo que no superen tus palabras de calma.

Déjame decirte....que te quiero.