Al final del camino ...

Y llega el día en el que el mundo se te viene encima. Se cae el tejado que soportaba tus pilares,se caen esos momentos felices guardados en una caja bajo siete llaves custodiada por el monstruo de debajo de tu cama, esos que te sacan una sonrisa en ese momento vital, se cae tu vida...

Tu única vida.

Nunca sabemos cuando eso va a pasar, pero, por norma general, escoge el peor momento de tu vida. Si tienes suerte, todo te puede ir bien. Mas son en esos momentos en los que estoy más alerta. Seguimos el camino como los pájaros de Hansel y Gretel, sin saber que al final de él no hay más que un precipicio por el cuál debemos de pasar

                                                                          

para poder avanzar. 

Mucha gente no consigue superar esa prueba y no pasa de nivel. Otros simplemente prefieren bordear el precipicio dejando así más tiempo de espera, pero no saben que lo van a tener que cruzar igual.

Los más inteligentes son los que se caen y consiguen levantarse. 

Seguramente les haya costado, no lo niego, pero esos son los que de verdad han aprendido algo. Aprenden que siempre hay alguien que te tenderá una mano para subir el monte, que por muchas voces que oigas no significan nada, que uno 

no gana si no lo intenta y arriesga... 

Todo esto y más es lo que aprende aquel que se cae y sale de ese precipicio. A veces necesitamos a esa persona que tire de nosotros, otras simplemente somos más fuertes de los que nosotros mismos pensamos. 

Nadie nunca sabrá que será lo siguiente y si habrás más precipicios al tomar la curva. Pero de una cosa estoy segura y es que si esa o ese o eso te ayudó una vez, lo volverá  hacer. 

Sin pensarlo.

Sin quejas. 

Sin miedos. 

Porque está aventura llamada vida nunca se acaba y nunca sabemos lo que hay al final del camino....